Texto: Mario Enrique G. Portillo
La seguridad privada ha jugado un papel importante en la convivencia dentro y fuera de instituciones o lugares de trabajo. En los momentos de mayor complejidad y dificultad para nuestra sociedad se hacen patentes los pilares más importantes sobre los que se asienta nuestro estado de bienestar.
Estamos viviendo una crisis sin precedentes. Una crisis que no podemos calificar solo de sanitaria, porque abarca también los ámbitos social, familiar, económico y empresarial. Una situación especial nos ha dado una nueva realidad en la que prevalecen las prioridades, pero hay muchas más.
Estamos en la tercera etapa de la contingencia decretada y vigente desde el pasado mes de marzo. Un periodo prolongado en el que velar por la seguridad y la protección de las personas se ha convertido en una función primordial para el País, las instituciones públicas y privadas.
Hemos visto cómo organismos de seguridad nacional, estatal y municipal se esfuerzan cada día por mantener el orden, por ayudarnos a cumplir las normas, con el fin de proteger nuestra seguridad y salud, así como salvaguardar la integridad de las fuentes de generación económica.
A esta tarea se suma el complemento del sector de la seguridad privada y, en ese binomio imprescindible, la seguridad y vigilancia privada no solo contribuye a la protección de personas y bienes, sino también a hacer cumplir con las medidas de higiene y salud en los establecimientos y servicios públicos y privados abiertos al público, para minimizar el riesgo de contagio.
“La seguridad privada ha aportado a que todos estemos mejor y más protegidos en un momento incierto e inestable como el que estamos experimentando”.
Las compañías de seguridad privadas, proporcionan sistemas de protección para casas y negocios conectados al centro de recepción de alarmas. Por un lado, pueden garantizar la continuidad y el servicio de las instalaciones básicas. Por otro lado, pueden proteger las empresas y residencias que deben cerrarse para garantizar que no sufrirán ningún ataque u ocupación inadecuada.
Durante este período difícil, las empresas del sector de la seguridad privada han asumido enormes responsabilidades. La continuidad de nuestras actividades y su elegibilidad como servicios básicos son esenciales para continuar trabajando estrechamente con las fuerzas y agencias de seguridad para lograr el objetivo común de mantener la seguridad nacional.
En PyP Seguridad Privada, esto nos ha permitido seguir atendiendo a todos nuestros clientes, protegiendo y monitorizando todas sus instalaciones y respondiendo ante saltos de alarma, todo ello cumpliendo los protocolos de prevención y salud para nuestros trabajadores. La seguridad privada también ha cobrado un papel importante en materia asistencial, convirtiéndose en un pilar fundamental para contribuir en esta labor que está siendo crítica en estos momentos.
En resumen, el sector ha desempeñado un papel de liderazgo durante la crisis, por lo que debemos valorarlo y a los profesionales que lo ejecutan. Todo nos ayuda a sentirnos mejor y más protegidos en un momento difícil e inestable, como lo estamos experimentando.
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